Breves crónicas viajeras

Bienvenidos a mi blog de viajes, aventuras e historias viajeras, espero poder servir de inspiración a otros viajeros a los que como yo, les apasiona viajar y conocer mundo, empaparse de otras culturas y conquistar territorios. Vivir para viajar y viajar para vivir, te vienes conmigo..?


 
 
 
 

Perdidos en Tunez 

Anfiteatro de El Djem, el mayor coliseo de Africa. Una joya arqueológica de Tunez Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1979. 

Pasear por su arena nos hace sentirnos como gladiadores de aquella epoca, es impresionante si lo recorres entero. 

Pasar una noche durmiendo en una jaima en el desierto del Sahara es algo único sobretodo si la compañía son unos autenticos bereberes, ver el amanecer allí también es algo muy especial y tomar de desayuno un Tagoula, pan bereber cocido bajo la arena hacen esta experiencia inolvidable. 

Un pedacito de Cuba.

Desde la Habana a Varadero, recorrimos la mitad practicamente de esta hermosa isla, pero nos fuimos contentos de saber quedaba la otra mitad y de que algún día volveremos a encontrarnos, siempre Cuba. 

Alojarse en el barrio de Vedado, tiene la ventaja de que si te gusta patear tienes todo un precioso Malecón para llegar hasta la Habana Vieja, y coger si te apetece un taxi como el de la foto que después de unos 5.6 km de caminata, admirando sus casas viejas, divisando el Cristo de la Habana, viendo el Museo de la Revolución y un poco más adelante el del Rón Havana Club. 

Un día entero no te bastará para recorrer sus hermosas callejuelas y encontrar la esencia de su gente, pero sí 5 días de charla con los lugareños te hará entender muchas cosas bellas y no tan bellas de este país de contrastes y contradicciones. 

Una excursión de un día a a Viñales, merece la pena para contemplar este precioso valle Patrimonio de la Humanidad desde 1999, es un auténtico viaje cubano, el autobús tarda unas 3 horas y media y llegarás a un lugar idílico, puedes ver el Mural de la Prehistoria a unos 4 km de Viñales, y representa una de las figuras a cielo abierto más grandes del planeta. Aprovechamos también para visitar una plantación de tabaco, una de las principales fuentes de ingreso de los campesinos de la zona, bien explicado desde el cultivo, a la recogida y el secado para ya acabar haciendo los puros artesanales uno a uno. 

Otra excursión muy interesnte que ouedes hacer desde la Habana es ir a La Boca, nosotros lo hicimos en bici y se convierte en un paseo muy agradable con carreteras muy tranquilas.

No podía faltar la excursión a la cuna de la revolución cubana, y en Santa Clara encontramos un claro ejemplo con sus monumentos y el mausoleo del Che Guevara. 

Y por último, llegar a  Varadero y encontrar el paraiso en sus playas, aunque algo de esencia cubana perdimos en este lugar, por lo que un par de días nos bastaron para relajarnos en uno de sus resorts.

Viva Cuba y Cuba libre 

EspléndidoAlgarve


Desde la localidad de Portimao en el distrito de Faro hasta Cabo San Vicente, puedes recorrer un sinfín de playas naturales y salvajes y conocer los pueblos más pintorescos de esta parte de la costa atlántica, son 61 km de carretera pasando por Alvor, Lagos, Villa do Obispo y Sagres, por nombrar sólo algunos pueblos más característicos, sin olvidarme de sus hermosas y poco transitadas playas que invitan a relajarse y darse un bañito si te atreves. 

A partir de Villa do Obispo, el paisaje cambia totalmente y encontrarás paz y silencio hasta recorrer los 15 km que le separan de lo que parece el fin del mundo, en el Cabo San Vicente y su encuentro con el inmenso océano. 




Una vuelta por la Toscana


Llegamos a Pizza como ciudad base para recorrer la linda región de la Toscana italiana, y quizá la ciudad con el monumento más emblemático, su torre inclinada. Un Fiat 500 nos acompaña en este hermoso recorrido y llegamos literalmente con él hasta el mismísimo Duomo de Florencia, zona restringida y peatonal pero que en nuestra aventura fue totalmente accidental pasar con el coche por allí, aunque nos deja un buen recuerdo...En cuanto llegas a Florencia ya sufres el síndrome de Stendhal, al estar expuesto a tanta belleza y cantidad de riqueza artística.

Resumo los pueblos que visitamos: 

Lucca, donde destaca su Plaza del Anfiteatro y su famosa cafetería Turandot, merece la pena darse un paseo por sus murallas.

Arezzo, pueblo donde se rodó la primera parte de la película de Roberto Benigni La vida es Bella y que tiene una Piaza Grande impresionante donde está la placa con una pequeña historia de la película. Arezzo no te dejará indiferente porque es una joya renacentista para los amantes del arte y muy animada por las noches. 

La gran desconocida Pistoia también merece una visita para relajarse y dejarse llevar por esta ciudad toscana tranquila. 

Destaca en Volterra, su campanario desde donde puedes ver toda la ciudad amurallada.

Llegamos a la bella Siena,quizá la más bonita de las ciudades toscanas, su conjunto histórico está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1995.  Destacar su Piazza de Campo, con forma de abanico abierto y los edificios que la componen hacen de este lugar muy pintoresco. En esta plaza se celebra la famosa carrera de caballos el Palio, una celebración medieval en el mes de julio que atrae a miles de turistas. 

No puedo acabar este pequeño trocito de la Toscana sin mencionar San Gimignano, pueblo situado en una colina y rodeado de una muralla del siglo III. Pero lo que realmente te impactará es la llegada por la carretera desde donde ya se divisan desde el horizonte unas magníficas torres medievales, hoy se conservan 13 de las 72 que había y  es curiosa la diferencia de altura entre ellas, poniendo de claro manifiesto que las que habitaban las familias nobles eran las más ostentosas. 

Ciao, otra vez Bella Italia..


Buscando el Sol de Medianoche, aventura nórdica en Finlandia. 


Llegamos a Helsinki un 21 de junio, justo al comienzo del solsticio de verano, pero el fresco se nota nada más bajar del avión aunque el sol brille como si fueran las 12  del mediodía, y nos acompañe hasta casi la medianoche. Elegimos el camping Rastila, a 20 minutos de la ciudad y en un hermoso paraje de pinos, es una cabaña.A la 1 de la madrugada  no hace falta encender las luces pues no es del todo de noche, intentamos dormir un poco pero a las 3-4 de la mañana vuelve a ser de día ( en realidad no ha anochecido del todo). 

Sobre las 8 cogemos el metro ( sí, el metro llega a este camping) , es la parada Rastila y nos deja en Rautatinstori. Hacemos un recorrido a pie por todo Helsinki, unos 8 km y 3 horas para ver casi todo con mucha calma, comemos en la Plaza del Mercado un salmón y unas albóndigas de reno con arándanos, deliciosas. Desde esta plaza se ve la imponente Catedral Ortodoxa de Uspenski, ya que descansa sobre una colina, que merece la pena subir para apreciar sus vistas. Seguimos a pie por el parque Esplandi, donde cientos de fineses aprovechan el magnífico sol del día. Al comienzo del parque hay una fuente con una mujer desnuda, es Harvis  Amanda y se considera la sirenita de Helsinki. Continuamos por Kaippatori, donde está el Palacio Presidencial y luego por Sofiankatori, el centro oficial de Helsinki, con la estataua del zar Alejandro II. Má adelante vemos el Parlamento y la iglesia Temppelianki, una moderna iglesia excavada en una roca. Seguimos hasta el estadio olímpico, que fue sede de las Olompiadas Helsinki 192, cerca del estadio está el parque Sibelias donde hay una escultura del famosoo compositor Jean Sibelias. Merece la pena llegar hasta la playa Hietaranta para contemplar a los únicos personajillos que hay por allí, las gaviotas. 

En la terminal de Ferrys decidimos coger un barco a Suomenlina , una isla con una fortaleza, el trayecto dura unos 20 minutos y el precio ronda unos 5 euros ida y vuelta. Esta fortaleza se construyó contra los ataques de Rusia a los suecos en el siglo XVIII, la llamaron Sveborg y compitió con Turku como población más geande de Finlandia. En la isla también hay representaciones teatrales y en el mes de julio se celebra la Opera de Suomenlina, y es típico que muchos finlandeses tengan una cabaña en esta isla para dejarse embriagar en verano por el fresocr de pinos. 


El 23 de junio cogemos un ferry de la compañía Linda Line para ir a Tallín, pues sólo nos separaban 86 km de Estonia.

En cuanto abandona el puerto de Helsinki empieza a coger velocidad, aunque el cielo está oscuro y empieza a llover, el mar está bastante calmado y en 90 minutos llegamos a la hermosa Tallín. Ya desde el barco, se pueden ver las agujas de las iglesias góticas del centro de la ciudad. Un autobús nos deja en el centro en 10 minutos y estamos listos para patearla y descubrir sus infinitamente bellos rincones.

 Tallín es magia, es trasladarse al medievo y sentirse un campesino recorriendo sus adoquinadas calles, cruzamos la muralla y nos encontramos la catedral de Alexsander Nebsky, una preciosidad que destaca por sus cúpulas azules y sus mosaicos dorados, se consruyó sobre una colina como símbolo del poder del zar sobre el puebl estonio, hoy es lugar de peregrinación para los ortodoxos rusos. 

Las casas de Tallín están pintadas todas de vivos colores y cada callejón, cada esquina y cada plaza, aguarda una sorpresa para el viajero. La belleza de esta ciudad hace que uno no pueda decidir a dónde mirar o a dónde ir, así que lo mejor es perderse y quizá lograr abarcarlo todo. Hacemos una parada para comer unas especialidades estonias como crema de queso con salmón y pato con frambuesas, manzana y lima. Cualquier calle de Tallín te lleva a la Plaza del Ayuntamiento, una pintoresca plaza rodeada de casas mercantiles coloreadas que poseen un magnetismo especial, preciosa estampa. Esta plaza sirvió de mercado y allí se llevó al menos una ejecución. En el centro, hay una rosa de los vientos desde la que se pueden ver las puntas de las cinco agujas góticas de la ciudad. La aguja del ayuntamiento de 64 metros, contiene la veleta del Viejo Tomás, que es la mascota bigotuda de Tallín. 

Seguimos callejeando y vemos la Iglesia de San Nicolas, de San Olaf y el Pasaje de Santa Catalina. Toda la ciudad está amurallada por 46 torres, pues era constatemente amenazada, hoy 1.9 km de muralla rodean la Ciudad Antigua e inspiran historias de caballeros y damiselas en apuros, dando nombre a algunas torres como la Gorda Margarita o la Doncella. 

Llegamos a los Miradores, donde se puede admirar el Báltico y las vistas panorámicase los tejados. Por último llegamos al Castillo de Toompea, que ha sido sede del gobierno y hy en día es sede del parlamento tiene dos edificios, el Palacio Rosado de estilo barroco y otro más medieval con la torre Pikk Hermann donde se hiza la bandera cada día. 

Tallín nos ha encantado y por eso he contado tanto, porque es imposible resumirlo en unas pocas palabras, con este buen recuerdo nos disponemos a coger el barco de vuelta, pero esta vez, como el día ha estado revuelto, las aguas del Báltico no están tan calmadas, de hecho en cuanto el barco coge velocidad empezamos a movernos como en una montaña rusa, los vasos del minibar se caen y todos los pasajeros nos miramos asustados. Menos mal que nos avisan de que llegaremos más tarde porque el capitán del barco se ve obligado a disminuir la velocidad o...naufragamos en el mar Báltico. 

De vuelta a Helsinki una tormenta nos pilla desprevenidos, no hay ni un alma en la calle y el viento es infernal, pero encontramos un callejón dónde se escucha música y entramos al local lleno de finlandedes bailando con música en directo revivals, qué pena que nuestro último metro a Rastila sea a las 23:30, de camino cogimos unas hambrguesas y las comimos en el porsche de nuestra cabaña, son las 12 de la noche y no hace falta encender la luz, la claridad es inmensa. 

El 24 de junio alquilamos un coche de la manera más sencilla nunca vivido en otro país, en el aeropuerto está aparcado nuestro coche, y fuera  en el mismo coche hay un depósito con las llaves para meter el código Pin que te facilitan el agencia, sin persona física, fácil y sencillo. Es un  Chrisler amarillo verdoso muy llamativo, con el que vamos a recorrer más de 2000 km por casi todo Finlandia hasta Laponia. 

Primero, empezamos pasando el fin de semana en Savonlinna, la región de los lagos. Salimos de Helsinki dirección Mikkeli, las carreteras son buenas, poco tráfico, muchos pinos y señales de peligro por alces. El paisaje es precioso, todo bosque, pinos, lagos y cabañas, aunque por el camino nos ha caído una buena tormenta, al llegar a Savonlinna el sol es radiante. Esta es una región de lagos del este de Finlandia, muy cerca de la frontera con Rusia. La ciudad se asienta sobre el lago más grande de Finlandia, el lago Saimaa, uno de los 188.000 que hay en todo el país. 

Elegimos el hotel Hommamokita, en un paraje idílico junto a un lago, nada más llegar nos saludan unas simpáticas vacas peludas y una preciosa casa de madera hace de recepción y de casa de los dueños, nos cuenta que justo hoy es el día de Jonnahus y habrá una gran hoguera junto al lago. El fuego, la charla, el olor a pino y a madera, el lago Saimaa y sus impfesionantes vistas, las barcas, las cabañas, el cielo totalmente despejado y el aire freesco hacen de esta noche mágica de San Juan ( Jonnahus) un momento inolvidable...hasta que los mosquitos hacen de las suyas y sin darnos cuenta acabamos llenos de picaduras. Nos vamos a cenar a Savonlinna unas especialidades finesas y después damos un paseopor el paseo marítimo hasta la fortaleza, viéndola de cerca es increible imaginar cómo los rusos podían atacar y llegar hasta aquí, hoy en día en el mes de julio se celebra el festival de ópera de Savonnlina en la misma fortaleza. Su lugar estratégico en el lago Saimaa era perfecto para atracar las tropas que llegaban en barco desde la frontera rusa , pues la zona de agua que rodeaba a la fortaleza nunca se helaba y esto hacía más fácil el ataque al no poder los rusos desembarcar a pie. Son las 12 de la noche y es completamente de día, el paseo está lleno de jóvenes que piensan aprovechar para quedarse a ver esta mágica luz.

Dedicamos el día siguiente a visitar Savonlinna, ver la fortaleza de nuevo pero esta vez con tormenta y con la explicación de la guía, hace que nos pongamos totalmente en la situación de la guerra fría. La lluvia nos impide salir del castilo asi que visitamos un museo en su interior que cuenta un podo de historia y donde se pueden ver también algunas armas utilizadas en la época. Todavía lloviendo, salimos y vamos al embarcadero para coger un barco de vapor que hace una hora de recorrido por el lago Saimaa. Es barco de época muy bien decorado, todo construido en madera y ambientado con música de los años 50. Atravesamos unos cuantos islotes con cabañas de madera, pequeños embarcaderos y canoas, lugares de residencia de veraneo de muchos finlandeses. En este lago existe la variedad de foca Saimaa, difícil verla, quizá imaginarla con cualquier salto de agua. Al terminar ell paseo en barco, nos sentamos en una terraza a degustar unas ricas sardinas frescas. Damos un paseo hasta el islote que nos lleva al islote norte de Savonlinna, donde se encuentra un complejo-resort-casino que tiene salida directa al lago con camino de tablas de madera para poder realizar el ritual de la sauna. Observamos cómo un señor silencioso baja por las escaleras del lago, se remoja y vuelve a la sauna. Y otra pareja, no tan silenciosa, aparece con sendos albornoces blancos e intentan meterse en el agua pero con titubeos. 

Recordamos que tenemos reservada una cita en la sauna también de nuestra zona de alojamiento y volvemos, tiempo justo para coger bañadores y toalla. A las 7 es nuestra cita y tenemos una hora por delante para disfrutar de sauna y lago, a ver quién se atreve a meterse en las gélidas aguas...?

Una pequeña pero encantadora cabaña a orillas del lago es la sauna, con todo lo necesario para el ritual. Es increible la sensación de sumergirse en el agua después de sudar a más de 80 ºC, repetimos la operación unas tres veces, hasta que llegan los siguientes usuarios, que son precisamente los dueños del hotel con su hija pequeña, un día tan cotidiano para ellos y tan extraordinario para nosotros.

Al día siguiente madrugamos porque nos espera un viaje largo hasta Kajaani, parada típica antes de llegar a hacia el gran norte. Nos despedimos de los dueños, del perrito, de la casa y de las vacas peludas de la entrada y cogemos el coche en dirección norte, antes de llegar paramos en Kuopio, siempre con un paisaje de pinos, lagos, cabañas, naturaleza e inmensidad. Es una ciudad en plena región de los 1000 lagos y a 400 kilómetros de Helsinki, destaca por ser un oasis de civilización en mitad del paisaje finlandés según la estación del año, verde, amarillo o blanco, también destaca por sus incomparables pistas para esquiar y deportes de invierno. 

Por fin llegamos a Kajaani, una parada corta para visitar su castillo, su centro histórico y decidirnos a conducir la "no noche" entera hasta Rovaniemi, en la región de Laponia con una luz espléndida.

Rovaniemi es una ciudad ahora muy moderna pero que casi fue destruída durante la segunda guerra mundial, y ahora es famosa por albergar la casa museo de Papá Noel. En el límite del Círculo Polar Artico, encontrarás este lugar mágico tanto si vas con niños como si no, una visita obligada para conocer a Santa Claus. Si vas en verano, la ciudad vibra con sus festivales de música, fiestas, sauna, cerveza y deportes acuáticos. Muy importante es el museo Artikum, en el que se muestra de una manera muy interesante la formación de las auroras boreales y el magnífico sol de medianoche. 

De Rovaniemi vamos a Oulu, una de las ciudades más grandes de Finlandia, es una mezcla de bellos parques, hermoso horizonte frente al mar Báltico, diseño nórdico y relajantes cafés. La plaza del mercado alberga además del antigio mercado, la biblioteca , el teatro y los antiguos almacenes de sal. Creo que una parada aquí no te dejará indiferente, para luego llegar a Turku, ya cerca de la capital, a unos 170 kms. Turku fue antiguamente la capital, está atravesada por el río Aura y tiene unos de los puertos más importantes de esta región septentrional del mundo. Nosotros la recorrimos en bici, que es el ritmo que marca la ciudad. A lo largo de la rivera del río, de unos 3.5 km de largo, se encuentran los edificios más emblemáticos, catedral y castillo. Además en sus orillas, hay obras artísticas, barcos-cafés y viviendas con fachadas antiguas pintadas de diversos colores. Es una ciudad muy atractiva y con mucho ambiente universitario, pero su esencia se encuentra en el mercado, al aire libre y el cubierto de Kauppahalli, te permite degustar algunos productos típicos y tiendas de delicatessen. Hay mucho que ver en Turku, pero el tiempo se acaba y nos toca regresar a Helsinki. 

Ha sido una experiencia fantástica y sobre todo mágica por la luz de esta época del año, te animo a que la descubras despacio y te dejes sorprender por este gran país nórdico.










 

Un paseo por la bahía de Txingudi.

--Hondarribia, Irún, Hendaia y Pasaia--


Llegamos al Camping Faro de Higuer un lluvioso y tormentoso día de septiembre para conocer esta bonita zona del País Vasco. Espectacular entorno el de este camping en el Monte Jaizkibel y con vistas al Cantábrico, puedes dormir junto al acantilado con la bravura del mar a tus pies y si la noche es tormentosa como fue nuestro caso, la aventura está asegurada. 

Despertarse en este paraje es algo inolvidable, recomiendo este camping para los amantes de la acampada y la naturaleza, paz, serenidad y la cercanía con Hondarribia. 

Un sendero de 1 km. por el monte Jaizkibel y paralelo al mar te lleva a la bella Hondarribia. También para los más expertos senderistas, hay otro de unos 20 km. que te lleva a Pasaia-Pasages. 

Elegimos el camino corto por ir con niños, y después de un rato de subidas y bajadas por el monte llegamos a Hondarribi portua y a su bonita y calmada playa. 

Caminando un poco llegas al barrio de La Marina, con sus casas de colores y ambiente marinero, pero la verdadera esencia está en la Calle Mayor ( Kale Nagusia) , que va desde el Arco de Santa María hasta la Plaza de Armas , edificios singulares y ambiente medieval hacen muy pintoresca la ciudad vieja de Hondarribia. 

Bajamos por la Calle San Nikolás y ya estamos en la hermosa plaza de Armas  dónde se encuentra el Parador, antiguo castillo medieval de Carlos V, puedes subir a la cafetería en la terraza con unas vistas estupendas al mar, pero si bordeas el ptambién podrás ver el mar y Francia,  Hendaya, que está a tan sólo 8 km. 

Seguimos nuestro paseo por la parte vieja y aprovechamos para saborear la magnífica gastronómía vasca en una de las numerosas tabernas. 

El día es muy lluvioso, por lo que cogemos el coche para acercarnos a Irún y poder ver la Isla de los Faisanes, como dato curioso decir que este pequeño islote en el río Bidasoa es  el condominio más pequeño del mundo, pertenece 6 meses a Francia y otros 6 a España. Hacemos un pequeño recorrido por el rio en la parte de Irún contemplando el bonito paisaje verde de la zona e imaginado la vida de estos vecinos franco- españoles separados por el Bidasoa. 

Regesamos a Hondarribia para cenar un delicioso pescado de la bahía el barrio de La Marina. 


Al día siguiente, cogemos un barco-taxi en el puerto de Hondarribi para llegar a Hendaya, un bonito trayecto de tan sólo 7 minutos en el que puedes contemplar la bahía de Txingudi, se coge en el Paseo Butrón y sólo 2.5 Eur por trayecto. Si te apetece caminar para volver, puedes bordear la bahía en un agradable paseo de 4 km. 

Hendaya ofrece 3 kilómetros de playa de fina arena, ideal para el surf. 

Sus bonitos edificios de estilo neo vasco y su impresionante castillo, el Chateau Abbadia, no te dejarán indiferente. Hay un hermoso camino, el Chemin de la Baie, sendero paralelo al agua y que cubre una distancia de 14 km. hasta llegar a un puente para cruzar a Irún, por si aún quedan fuerzas para seguir caminando, nosotros nos quedamos recorriendo el Boulevard de la Mer hasta unas formacioes rocosas al final de la playa que son conocidas como las rocas gemelas. 


Y para acabar nuestra ruta por esa zona vasca, visitamos la bonita aldea de pescadores de Pasaia-Pasajes. El encanto y autenticidad de este pueblo a orillas del río Oiartzun merecen un buen recorrido sin prisas contemplando sus bonitas casas tradicionales marineras y el gran puerto que conforma esta bahía, una de las más bellas de la costa vasca. En realidad Pasaia, está formada por dos localidades, Pasai de San Pedro y Pasaia Donibane, que comunicadas por tierra la distancia es bastante larga, pero existe una barquita que funciona desde hace siglos para cruzar entre ellas. Interesante es observar el ajetreo del puerto desde alguno de los restaurantes mientras se sabora un delicioso arroz a la vasca. Velada perfecta. Agur.










Olite y Ujué, un cuento medieval


Llegamos a la villa medieval de Olite un frío día de diciembre y nos alojamos en el camping Olite a tan sólo 5 min. de este hermoso pueblo en un paraje rodeado de viñedos. Estamos preparados para dar un paseo retrociendo en el tiempo hasta hace más de 500 años. 

El caso histórico de Olite es un entramado de calles empedradas, galerias medievales, espléndidas iglesias y un bello castillo dominando esta señorial villa. Con esta primera buena impresión nos vamos a descansar sabiendo que mañana será un gran día. 


Para visitar el Castillo o Palacio Real de Olite reserva un par de horas de tiempo, pues así puedes contemplar con calma las estancias y subir  a todas las torres. Tiene dos partes bien diferenciadas, el Palacio Viejo, que actualmente es el Parador y el Palacio Nuevo, que es el que puedes visitar con una visita guiada o por libre como fue nuestro caso, en cualquier caso esto es lo más destacado: 

Las Torres, tiene 7 y merece la pena subir a cada una de ellas dónde cada vista es diferente pero igualmente bella, las más importantes son la del Homenaje, la de las Tres Coronas y la de los Cuatro Vientos. 

Las Cámaras reales con sus hermosos ventanales y el patio del naranjo. 

El pozo del hielo, imponente porque su su enorme tapadera recuera a una cáscara de huevo. 

Los jardines, dónde puedes encontra una morera centenaria declarada monumento nacional. 


Si terminas tu visita con hambre, hay unos cuantos buenos restaurantes en la plaza mayor para degustar la cocina típica navarra. 


Para acabar este gran día, nada cómo perderse por las calles medievales como la Rua Mayor y las Plazas de Teobaldos y del Fosal. 

Te acabarás encontrando con la Iglesia Santa María la Real de Olite con su monumental fachada gótica. Su belleza artística y su recargada fachada recuerda a la influencia de Notre Dame de París, te costará dejar de contemplarla. 


Si te cuento que por Navarra hay un desierto que recuerda al Grand Canyon o al Death Valley no lo creerás hasta que no llegues al Desierto de las Bárdenas Reales, visita a la que dedicamos un par de horas en nuestro segundo día y alucinamos con este paraje lunar. 

Visitamos este paraje natural reserva de la biosfera en coche, a nuestro ritmo y parando para deslumbrarnos con la increible belleza de las formaciones rocosas que lo componen. LLegamos a Castelltierra por un sendero asfaltado y ya desde lejos se aprecia la más espectacular y emblemática formación que el tiempo, erosión, areniscas y yesos han dado lugar. Continuamos el recorrido por otro sendero sin asfaltar y acabar así de visitar este magnífico desierto y para finalizar, echar la vista atrás y poder divisar el Moncayo.


No podíamos irnos de esta parte de Navarra sin ver la villa medieval de Ujué en nuestro tercer día de escapada.

Calles empedradas y laberínticas con olor a leña, venta de almendras garrapiñadas y la Casa Urrutia, muy recomendable para almorzar, es un local restaurante con venta directa de productos típicos y degustaciones navarras.

Y para acabar una bella panorámica encaramada en una colina con restos históricos y una bonita vista de todo el pueblo.  











Una vuelta por el Paris del este, Budapest. 


La deslumbrante y fabulosa ciudad de Budapest nos acoge un bonito y soleado día de febrero. 

El autobús 100E nos lleva desde el aeropuerto al centro, bajamos en la calle Deak Ter y hambrientos saboreamos una deliciosa y típica goulash soup, emblemático plato húngaro elaborado a base de vacuno con tomates, zanahorias, pimiento, pimentón ( picante sabe más rico ), ajo, zanahorias y patatas, bastante contundente como plato único. 


Caminamos hasta nuestro hotel barco cerca del Parlamento y enfrente de la Isla Margarita, pasando por la impresionante Catedral de San Esteban en una bonita plaza desde dónde ya se puede divisar el Danubio, todo recto y llegamos hasta un cruce de tranvías, y después de pasar dos puentes, llegamos al Fortuna Boat, una opción original de alojamiento, es un barco anclado en el Danubio con 42 camarotes y vistas al río:


https://fortunaboat.com


Tarde para caminar por los alrededores del magnífico parlamento ya iluminado y callejear hasta el barrio judio y pasar por el Callejón Gozsdu Urvar con sus 7 patios,  que durante la II Guerra Mundial, fue pare del gueto judío y que hoy en día es un lugar mágico y lleno de ambiente con numerosos bares y restaurantes. 


Nuestro segundo día en esta fabulosa ciudad, transcurre prácticamente pateando. 

Después de un gran desayuno buffet en el Fortuna Boat, cogemos el tranvía 2 que nos acerca al puente blanco de Budapest, el Puente de la Libertad, lo cruzamos para llegar a Buda y hacer el ascenso a la Colina Gellert. 

Después de 230 metros y de dejar atrás unas vistas impresionantes, se llega a esta colina donde se encuentran:

La Estatua de la Libertad. 

La Estatua a San Gellert. 

El Monumento a la Reina Isabel. 

La Ciudadela. 


Descendemos la colina pàseando  hasta Budavar Palace o el Castillo de Buda, se pueden entrar a los jardines y patios de manera gratuita. 

Es interesante coger el funicular histórico enfrente del Puente de las Cadenas y pasar por esa bonita parte de Buda hasta llegar a la Iglesia de San Matías y el Bastión de los Pescadores.

Cuando llegas a esta plaza te quedas perplejo ante tanta belleza, la iglesia destaca soberbia, es uno de los edificios más antiguos de Budapest con más de 700 años de historia y de estilo gótico tardío. 

Desde el Bastión, se puede ver una bella imagen de Pest con el parlamento sobre el Danubio, es un lugar mágico y perfecto para fotografías de postal, eso sí, tómate tu tiempo que al ser un lugar muy turístico suele estar muy concurrido. 


Volvemos en el funicular y cruzamos el Puente de las Cadenas, como en esta cuidad las distancias son bestiales cogemos el metro hasta la parada Astoria para adentrarnos en el barrio judío y esta vez conocer el más famoso Ruin Bar de Budapest, el Szimpla Kert, visita obligada si te apetece este ambiente cultural en un edificio en ruinas, una experiencia fuera de lo normal que no te dejará indiferente. 

Para acabar el día, hacemos un crucero nocturno por el Danubio, hay muchas opciones para elegir y los barcos salen de varios muelles en la orilla de Pest. 


Lo primero que hacemos el tercer día, es subir a la cúpula de la Iglesia de San Esteban, la más alta de Budapest,  dónde unas vistas impresionantes se imponen ante nosotros. Puedes recorrer toda la circunferencia de la cúpula y observar diferentes perspectivas de la ciudad, muy recomendable. 

Desde allí cogemos metro hasta la parada Kalvin Ter para dar una vuelta por el Mercado Central, un bonito edificio de cuatro plantas con productos locales, artesanía y buena gastronomía. 

Por la tarde hacemos un tour muy interesante por el barrio judío, que pasa por las tres sinagogas más importantes, edificios antiguos alquilados antiguamente por los judíos, pasadizos y callejones. 


Hemos reservado el último día de esta escapada para visitar el Balneario de Szechenyi. Caminamos unos 30 minutos desde el hotel hasta el balneario por una zona cercana a las vías del tren y no tan señorial como el resto de la ciudad pero también con encanto. 

Tenemos la entrada reservada ya que se forman grandes colas. 

Es uno de los baños termales más grandes de Europa con 13 piscinas interiores y 3 exteriores, algunas a 38 grados que hacen las delicias de húngaros y turistas, perfecto para relejarse en nuestro caso después de las grandes pateadas por esta fabulosa ciudad. 

El edificio es de una belleza increíble de estilo neoclásico y lleno de columnas, todo un placer haber podido disfrutar de este balneario.  


La zona  verde que rodea este majestuoso balneario también es digna e visita, es la zona de Pest junto a la Plaza de los Héroes y puedes llegar en metro desde el centro de la ciudad hasta la parada de metro M1 Szechenyi Furdo.

Por la misma zona y en medio de un pequeño bosque, se encuentra el Castillo de Vajdahunyad, una réplica del de Transilvania. Si tienes tiempo, puedes darte una vuelta y encontrarte al conde drácula. 


Volvemos a la ciudad en metro y desde Pest cruzamos por última vez el Puente de las Cadenas y encontramos un  sitio de cocina judía para cenar, muy barato y platos muy contundentes enfrente del Parlamento. Damos un precioso paseo después por la orilla de Buda con el imponente Parlamento enfrente. 


A la mañana siguiente, antes de despedirnos de Budapest y salir hacia el aeropuerto, cruzamos el último puente que nos faltaba por cruzar, el Puente de Margit Hid, y recorremos la Isla Margarita, de 2.5 kms de largo, donde corredores y ciclistas ya están a pleno rendimiento. La isla alberga un pequeño balneario y unas interesantes ruinas dónde está el Sepulcro de la Reina Margarita. 


Adiós, Budapest, amor a primera vista.